SOMBRAS DEL PASADO



Somos una historia, somos el resultado del cumulo de experiencias que hemos tenido. Ellas nos han moldeado, nos hacen hablar como hablamos y pensar como pensamos. Han condicionado nuestra actitud. Nuestra manera de ver la vida y el mundo. Nos han creado paradigmas como rutas seguras por las cuales conducirnos.
Ahí está, como una sombra ligada a nuestros pasos, nuestra fiel consejera. Ensimismada en lo que considera correcto e incorrecto, seguro e inseguro. Allí nos quedamos, siguiendo sus pávidos consejos, pero, y ¿si no ha sido una buena historia? Tal vez la historia que cargas a diario está rodeada de pasajes frustrantes que te han llenado de miedo, pequeñas congojas que solo te mantienen a la defensiva ante la incertidumbre. ¿Y mientras tanto qué? La verdadera vida se nos escapa, lo grande y extraordinario pasa frente a nosotros  y ni pendientes.
¿Por qué no nos damos cuenta? Aceptamos el pasado como real y tangible, ¿no podríamos hacer lo mismo con el futuro? Tangible. ¿Por qué  tanto aferro a un pasado que no tiene manera de cambio? Lo dejaremos a la suerte, dicen muchos. El futuro es cuestión de suerte. No puede ser. Mientras se gesta algo magno y poderoso hay gente viendo para el lado equivocado. Llorando sobre lo que quisieron pero no pudieron. Sobre los quizás enlutados, sobre los tal vez de nunca.
¿Quiénes conciben caminos en el desierto cuando todo es una deriva? Hacia dónde preguntarán muchos, el sol es fuerte y la arena borra cualquier intento de rutas fijas. Solo aquellos que dejen de avanzar a espaldas, aquellos que sepan aceptar sin caer a la resignación. Los que puedan olvidar las historias que carcomen el alma junto al anhelo de ver algo nuevo. Los que logren perdonar lo que no pudieron, lo que les hicieron, lo que ellos hicieron, lo que no dijeron, lo que dejaron en papel bajo la pila de carpetas pendientes. Estos se darán cuenta que viven en un hoy de cosas nuevas, de corrientes de rio que fluyen donde nadie lo espera. Viven en un ahora de posibilidades. Un ahora que les pertenece para diseñar su porvenir. Tienen una sola cosa y es el poder hacer camino con la mirada hacia adelante. Sin frustraciones que los asusten ni miedos que los aprisionen. Solo el hacer que las cosas pasen, eso es todo lo que en realidad nos queda por hacer.
                                             
Isaias 43:18 “olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados.


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